Viajes
al pasado de la educación
Capítulo
I
1955
¿Seguro que no te aburrirás donde el abuelo? – dijo mi
madre
No te preocupes, las historias del abuelo son bastante interesantes – contesté
Será solo durante una semana, mientras tu padre y yo iremos a Argentina a ver cómo sigue tu tía después de aquella operación de la que salió.
Preparé la maleta y la coloqué en el auto, me subí a él y mi padre lo puso en marcha, no
hice más que mirar el cielo durante todo el viaje hasta la casa del abuelo, en realidad nada cruzó por mi cabeza.
No te preocupes, las historias del abuelo son bastante interesantes – contesté
Será solo durante una semana, mientras tu padre y yo iremos a Argentina a ver cómo sigue tu tía después de aquella operación de la que salió.
Preparé la maleta y la coloqué en el auto, me subí a él y mi padre lo puso en marcha, no
hice más que mirar el cielo durante todo el viaje hasta la casa del abuelo, en realidad nada cruzó por mi cabeza.
Al llegar, mis padres se despidieron de mí con un abrazo, se subieron de nuevo al auto y se fueron. Mi abuelo me recibió como siempre, con galletas y chocolate, estaba bastante aburrido, me senté junto al fuego de la chimenea, el cual estaba tan caliente que parecía que fuera a incendiar la casa, Mi abuelo se sentó junto a mí, entonces como de la nada, comenzó a narrarme una historia.
Tenía solo 12 años, era el año de 1955 y me encontraba en la institución en la que yo estudiaba cuyo nombre no recuerdo, cerca de esa época aparece la educación superior pública y parte privada contando con carreras técnicas e incluso la profesionalización de docentes, los indicadores educativos crecieron a un ritmo nunca antes visto; el número de alumnos matriculados tanto en primaria como en secundaria se elevó ostensiblemente, así como el de los docentes y establecimientos educativos.
Recuerdo bastante a un profesor llamado Juan Pérez, él decía que “La calidad de una educación es un factor indispensable para la disminución de las desigualdades sociales que se reproducen en el interior de la escuela”, era un gran maestro, como un segundo padre para mí, me enseñaba filosofía y era muy sabio, el falleció en 1983 a la edad de 81 años. Él era bastante estricto pero nos tenía mucho cariño, si bien es cierto era mi maestro preferido.
Siempre estábamos en silencio durante clases, simplemente el que cometiera una falta de respeto sería drásticamente castigado.
Fue una época difícil pero la educación que recibíamos era de una excelente calidad.
Capítulo II
2013
Mi abuelo terminó de narrar su historia.
- Que
interesante historia abuelo, quisiera contarte entonces sobre nuestra educación
hoy en día, quizás pueda interesarte.
“La educación, ideas que se posan sobre lo más profundo
de nuestro cerebro y se expanden por nuestras venas generando conocimiento, convirtiéndonos
en sabios en un futuro. Tantas respuestas sobre el qué es educar podríamos
encontrar en cada ser al que se le cuestione, quizás, todas acertadas, ya eso
depende del pensamiento que aquel posea.
Nuestra educación también depende de los lazos que se
forman con el alma de nuestros compañeros, de nuestros profesores y en el
desarrollo de este lazo, lastimosamente el respeto ha perdido relevancia en el
alma del estudiante, sin embargo, no solo el respeto se ha perdido, la educación
integral ha ido desapareciendo, los padres que solían ser figuras
inquebrantables ante sus hijos, ahora les temen, le temen a la sangre de su
sangre, inventan excusas y culpan a las instituciones solo para encubrir su
responsabilidad.
En este proceso de aprender se requiere de constantes
organizaciones, para así se logre formar una conciencia social.
- Tantas cosas han sucedido a través de la historia
abuelo, hoy en día hemos perdido pero ganado tantas cosas en el educar y
enseñar, tantos errores de los que podríamos aprender y tantos éxitos por los
que hemos pasado en nuestra sociedad.”
- - Tienes
razón, quizá podría contar otra historia más adelante, pero ya es hora de
dormir.
- - “El
aprendizaje se construye en interacción con el entorno” y hoy he aprendido
mucho de ti abuelo.
- No
eres el único, mientras se enseña se aprende, y mientras se aprende se enseña.
Me dirigí a mi habitación, preparé la cama y me dispuse
a caer en el sueño, por mi cabeza cruzaba todo lo que mi abuelo y yo habíamos
platicado, poco a poco me fui adormeciendo, mis ideas fueron reposando, mis
ojos se fueron cerrando y la voz de mi cerebro se fue apagando. Si una idea
conservé de aquella platica fue que “todos estamos sometidos a influencias
educativas que nos permiten aprendizaje y la adaptación crítica de la realidad”.
Mi abuelo es un hombre sabio, recibió la educación que lo convirtió en la
persona que es ahora, mi abuelo es un sujeto que produce sentidos.
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